El error de mi vida
Max, el mejor amigo de mi…La verdad, es que no se como
llamarle; prometido, novio, ex o simplemente Sam, me contó una parte de la
historia que yo desconocía. Pero voy a empezar desde el principio de nuestro
enamoramiento.
Los dos nos conocimos en el colegio. Un colegio en el centro
de Sídney, era bastante pijo todo el mundo de ese colegio. Donde ya desde primaria
pensaban en su futuro, sin infancia ninguna y donde los días pasaban y parecían
todos iguales, con los mismos comentarios de esos niños repelentes. Estos, todo
el día fardando de si tenían un chalet, un yate o a cuantas partes del mundo
habían viajado.
Pero entre toda esa gente había alguien como yo, Sam, el
único niño de mi curso que era similar a mi. Con el tiempo empezamos a hablar,
era mono y nada vergonzoso, siempre me contaba en clase historias de cuando el
vivía en las afueras de Sídney. Yo también le contaba mis historias ya que
tampoco había vivido nunca en Sídney. Pasaban los días y cada día nos dábamos
más cuenta de que el y yo no pegábamos en ese colegio, pero juntos nos lo pasábamos
muy bien y no necesitábamos a nadie mas.
Al principio éramos amigos, con el paso del tiempo mejores
amigos y a la ves de todo esto mi único amigo.
Mas adelante la gente se malpensada de vernos siempre
juntos, eso ya fue a finales de secundaria, en esa temporada a mi me empezó a
atraer pero no pensaba en tener nada con el, cada uno tenía sus ligues cuando
salíamos de fiesta y nos lo contábamos todo pero entre nosotros nada.
En bachiller los dos nos fuimos, el a la costa Sur de
Australia a hacer surf, mas bien a vivir del surf, ya que antes no he
mencionado que era uno de los mejores surfistas de toda Australia, de su
categoría.
Y bueno, yo me fui a hacer el bachiller en otro instituto a
las afueras de Sydney. Os preguntareis que pasó entre Sam y yo, pues nada, los
primeros meses hacíamos skype pero con el paso del tiempo cada uno se fue por
su lado. El seguía con el surf, supongo, y yo ya hacía la carrera de bióloga
marina.
Cuando acabé la carrera quise ir a hacer un master y me fui
a Perth. Y ahí estaba el. Sí, parece mucha casualidad pero será verdad eso de
que el mundo es como un pañuelo.
Hablamos, nos contamos que había sido de nuestras vidas y
nos besamos. ¿Demasiado directa, no? Pero fue así.
Me quedé a hacer el master ahí y para no pagarme un piso me
ofreció quedarme en el apartamento que tenía el con sus amigos, yo acepté.
Entre nosotros cada uno hacía su vida pero si teníamos un hueco, yo mas que el,
lo pasábamos juntos. Más adelante me pidió para salir, Sí, oficialmente novios,
lo que le costó.
Pasaron los meses y llegó mi cumpleaños, por la mañana me
desperté en esa casa llena de tíos surfistas. Pero yo pasaba de todos, solo me importaba
uno, mi surfista. Al principio fue un día normal, pero cuando volví de clase
Sam me llevó a nuestro sitio favorito, un acantilado con vistas a todo el
océano y ahí me dio unas llaves de una casa. Al principio pensé, vale, me esta
diciendo que me vaya, pero me besó. Eso cambió mis pensamientos.
La casa era para los dos, solos y me encantó ese regalo.
Pero con el paso del tiempo cada uno como siempre con su vida, Pero el día de
su cumpleaños yo quise cenar con el ya que nunca cenábamos juntos. Pero nos
tuvimos que ir pronto a la cama porque al día siguiente tenía una competición
de surf.
Normalmente nos ponemos celosas cuando nuestros novios
tontean con otras, mi caso era diferente, estaba empezando a tener celos del
mar.
Los días seguían y yo perdía el tiempo, surfeaba Sam mas que
nunca y me pasaba los días sola. Así que una mañana estaba como siempre solo en
casa, hice la maleta, le deje una nota (Sam, te quiero, no es la mejor manera
de decírtelo pero me voy, espero que me llames, estaré en Sidney. Lo siento) y
me fui.
No tardó días, ni semanas, ni mese en llamarme, básicamente
no llamó. Yo me instalaré en un piso de unas muy buenas amigas de la facultad.
Mis amigas sabían mi historia con Sam y me ayudaron. Pero
nunca supimos de la anterior vida de Sam hasta después del error de mi vida cuando
su mejor amigo Max me lo contase todo.
Me dijo que Sam al ver la nota se fue al apartamento y se lo
explicó a todos, el me quería llamar, pero sus amigos lo convencieron de que no
lo hiciera. Que no lo hiciera porque el tenía la razón y había hecho todo por
mi, con todos sus ahorros que ganaba en competiciones me compró la casa y se
quedó con poquísimo dinero y por eso estuvo en casa cuando vivíamos los dos,
porque tenía que trabajar el doble para tener dinero. Sus amigos después de un
tiempo ya pensaron que se había olvidado de mí.
Pero Max seguidamente me contó que el día de mi cumpleaños
se despertó y hablo con todos, les dijo que me tenía que hacer un regalo, el
mejor regalo para que todo volviera a ser como antes. Ellos se sorprendieron
pero le ayudaron.
Entre todos decidieron meter a Sam en una caja gigante
envuelta con papel y un lazo, dentro estaría Sam con un anillo de compromiso y
así hicieron.
Yo me desperté en Sidney, era sábado y mis amigas ya tenían
planeada una fiesta por la noche por la celebración de mi cumple. Pro antes
sucedió algo que cambió mi día.
Llamaron a la puerta y yo abrí, pensando que sería alguien queriéndome
felicitar, pero no, cuando abrí la puerta vi una caja enorme, envuelta de papel
brillante rojo, mi color favorito y con un lazo azul de terciopelo, precioso.
La intenté coger pero pesaba muchísimo así que llamé a mis amigas.
Nada, no podíamos mover esa caja, así que decidí abrirla ahí.
No encontré por donde abrirla, el lazo no lo quería cortar y
era imposible deshacerlo así que no se me ocurrió otra cosa que coger el hacha pequeña
que teníamos en la entrada, por precaución por si entraban desconocidos o ladrones.
En fin, paranoias de chicas.
Cogíl hacha pensando que no rompería lo de dentro si la clavaba
por encima, lo hice, rompí lo de dentro. Ni un objeto, mueble, peluche. Era Sam.
Aun estoy en tratamiento en el psicólogo y tengo varias depresiones
al mes. En verdad estoy pensando todos los días en mi error, pero hoy más que nunca
ya que hace un año del error de mi vida.
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